En el mercado laboral actual, habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la gestión de personas y la creatividad, son competencias altamente valoradas.
Cada vez más, los empleadores buscan profesionales emergentes que sepan cómo tomar decisiones difíciles y demostrar cualidades de liderazgo. Pero, ¿cómo generar estas habilidades aun cuando están estudiando?

Para preparar a los estudiantes para sus futuras carreras, las instituciones de educación superior deben tener formación para ayudarlos a desarrollar estas competencias interpersonales. Es en este escenario donde entra el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).

El objetivo de la metodología es, a través de problemas complejos, desarrollar y mejorar el aprendizaje de los alumnos, fomentando el pensamiento crítico, la resolución de problemas, el trabajo en equipo y la autogestión.

Es por estas razones que el ABP se ha convertido en una de las metodologías activas más incentivadas dentro del aula. Y en 2024 no será diferente.

Con un interés particular en el cambio hacia un aprendizaje más profundo y orientado al alumno, además de modelos que permitan el desarrollo de competencias, la tendencia es que el Aprendizaje Basado en Proyectos sea el hilo conductor en las principales instituciones de educación superior del mundo.

Problemas del mundo real

El aprendizaje orientado a problemas del mundo real está ganando fuerza en muchas instituciones de Educación Superior alrededor del mundo. Una de ellas es el Worcester Polytechnic Institute (WPI), ubicado en Worcester, en Estados Unidos.

Allí, cada alumno debe completar dos cursos basados en proyectos para obtener el diploma. Uno de estos cursos debe ser de la disciplina del alumno y el otro debe ser interdisciplinario.

El WPI utiliza el Aprendizaje Basado en Proyectos en escenarios, desafíos y problemas del mundo real para ayudar a los alumnos a adquirir conocimientos y habilidades útiles que aumentan durante los períodos designados del proyecto.

Los equipos están generalmente compuestos por estudiantes analíticos y de buen juicio, formando un equipo multifuncional que aprende a trabajar en conjunto – similar al mundo real.

Design thinking

El design thinking ha sido una característica fundamental de instituciones de educación superior y está creciendo en popularidad en Estados Unidos, inspirándose en el desarrollo de productos y en el proceso de inicio lean en la industria.

Es una pedagogía basada en la resolución de problemas, donde las cuestiones guía se formulan en torno al abordaje de una necesidad humana o comunitaria específica, con una tendencia inherente a la acción.

El proceso de aprendizaje se construye alrededor de hacer o crear algo que tendrá un impacto directo, o un efecto de cambio.

En la Nueva School, de San Mateo, California, por ejemplo, sus elementos centrales del design thinking abarcan investigación, enfoque, generación de ideas, toma de decisiones informada, ciclo de prototipado y colaboración.

El design thinking se incorpora a través de un laboratorio de innovación, donde los alumnos realizan misiones y prácticas como parte de cursos electivos, construyendo y creando una gama de herramientas y productos.

Prácticas sostenibles

Una tendencia significativa en la educación es el creciente enfoque en prácticas de ESG, sigla en inglés para ambiental, social y gobernanza, en español. Ante la actual emergencia climática, las instituciones de educación superior están pensando en cómo abordar el tema dentro de sus aulas.

Una manera prometedora es a través del Aprendizaje Basado en Proyectos. Con este enfoque, los alumnos trabajan para resolver problemas de la comunidad, presentando y probando ideas.

La York St John University, ubicada en York, Inglaterra, es una de las instituciones que ha apostado por la idea. El objetivo es que los estudiantes utilicen sus conocimientos para resolver problemas reales de la institución educativa o de la sociedad civil.